Low Intensity Activity and LEGO Bricks
I was diagnosed in 2016, and now I know that one of my first symptoms was having problems with my fine dexterity. We’ve all heard about the importance of high intensity physical activity when living with PD, but what about “low” intensity? Here’s an example: LEGO® bricks!
Halfway through the pandemic, I found myself staring at three bright yellow boxes in our living room. That’s approximately 2,500 bricks and other pieces. There were a couple of sets, which my then 9 year-old stepson would build – usually ignoring the instructions letting his imagination guide him.
And so, I started, timidly at first, working on my fine dexterity skills, and my newly found creativity. I’d look for inspiration on the internet, but sometimes I even managed to create my own scenes. Soon, I even started organizing the pieces (by type, though there are several schools of thought). This organizing spree gained me a LOT of points on my stepson’s list of people he loves – and it’s quite relaxing, too!
One of my favorite moments was going to the LEGO store and creating our own minifigures, which he customized for us. My fine dexterity skills didn’t improve with this visit, but that’s not all in PD life!
Baja Intensidad Actividad en Los Ladrillos LEGO
El diagnóstico me llegó en 2016 y hoy sé que uno de mis primeros síntomas fue tener problemas con la destreza fina. Todos hemos oído hablar de la importancia de la actividad física de alta intensidad cuando se vive con párkinson, pero ¿qué hay de la «baja» intensidad? Un ejemplo son los ladrillos LEGO®.
Mediada la pandemia, me encontré mirando tres cajas LEGO® de color amarillo en el salón. Son aproximadamente 2500 ladrillos y otras piezas. Había un par de sets que mi hijastro, que entonces tenía 9 años, solía construir ignorando las instrucciones dejándose llevar por su imaginación.
Así empecé, tímidamente al principio, a trabajar mi destreza y mi recién descubierta creatividad. Buscaba inspiración en Internet, pero a veces incluso llegué a crear mis propias escenas. Pronto empecé incluso a organizar las piezas (por tipos, aunque hay varias escuelas de pensamiento). Este frenesí organizativo me hizo ganar muchos puntos en la lista de personas que le gustan a mi hijastro – aparte de que relaja bastante.
Uno de mis momentos favoritos fue ir a la tienda de LEGO® y crear nuestras propias minifiguras, que él personalizó para nosotros. Mis habilidades para trabajar la destreza fina no mejoraron con esta visita, ¡pero eso no es todo cuando una vive con párkinson!
